El Ballet Nacional de Cuba inicia hoy su gira europea en Madrid con ‘El lago de los cisnes’, uno de los clásicos «predilectos» de su coreógrafa, Alicia Alonso, que presentó su espectáculo, una versión que sintetiza la obra de Tchaikovski en tres actos y un epílogo. La gira recalará en octubre en Santander, dentro de la temporada del Palacio de Festivales que arranca este fin de semana.
A sus 88 años, Alicia Alonso presentó su gira europea, que abre en el teatro Compac Gran Vía de Madrid con once funciones programadas de ‘El lago de los cisnes’, un espectáculo en el que la coreógrafa, a pesar de su limitada visión, ha trabajado «con cada individuo, no sólo haciendo pasos, sino con personajes que actúan en escena y donde cada cosa tiene su sentido», explicó.
Y es que según la artista cubana, lo más importante en la representación de un clásico es «que tenga lógica para quien sepa de técnica de ballet y para quien vaya a ver arte», algo que la ha llevado a unir el tercer y cuarto acto. Alicia Alonso afirma que ese doble personaje femenino, «el cisne blanco y el cisne negro, el frágil y el que viene al ataque del hombre, el amor puro y el amor malvado, es el duelo más grande de una bailarina».
«La bailarina que logra conquistar esos dos papeles se pone una medalla, porque tiene que decirlo con sutileza, con delicadeza y sin perder el estilo del ballet clásico», afirma.
Pero, convencida de que su ballet cuenta «con mucha gente muy artista que va a atravesar la escena», Alicia Alonso ha concedido los papeles protagonistas de Siegfried y Odette a distintas parejas de primeras figuras, como Viengsay Valdés y Elier Bourzac o Anette Delgado y Joel Carreño.
El espectáculo, que coincide estos días en la cartelera madrileña con otro grande, el Ballet del Bolshoi de Yuri Grigorovich, «tiene muchas cosas nuevas», porque «el Ballet Nacional de Cuba siempre lo baila como si fuera nuevo», pero la directora no ha querido desvelar las sorpresas. Pero Alonso sentencia que «el amor tiene que triunfar por encima de la maldad», y que su principal propósito es «que el público salga del teatro con un sentido de futuro, de esperanza y de belleza, porque el amor vence».
La gira europea, que llegará con ‘El lago’ y ‘Giselle’ a Santander y culminará en Italia en noviembre, responde a una de las máximas de la coreógrafa: «los artistas tenemos patria, nuestro árbol está sembrado en nuestra patria, pero nuestro fruto pertenece a todos, nuestro arte pertenece al mundo entero».
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