La duda que se cierne sobre el futuro de la anchoa del Cantábrico puede resolverse en tres años, si, como todo indica, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) logra criar en cautividad un bocarte que tendrá la misma grasa, textura y sabor que la anchoa más valorada hoy por su calidad y precio.
Carlos Fernández Pato es el investigador principal del proyecto que va a iniciar el IEO, gracias a un convenio con el Gobierno de Cantabria, para criar en cautividad bocartes que permitan mantener la garantía de calidad de la anchoa del Cantábrico, si no se puede capturar este pescado en el mar, como lleva ocurriendo hace más de cuatro años. En una entrevista con Efe, este biólogo asegura que es posible, como con todas las especies marinas, criar bocartes y, además, el centro que el IEO tiene en Santander cuenta ya con ejemplares de esta especie, capturados en el mar, que viven perfectamente en cautividad alimentándose de un pienso que elabora el instituto.
Información obtenida de www.eldiariomontanes.es